Casi tres meses de vuelta en la capital de España, y me encanta haber tenido ya visitas. Me encanta porque así tengo la oportunidad de visitar Madrid como un turista más, y siempre descubrir algún sitio nuevo en la ciudad y alrededores.
Pese a la constante vida diurna y nocturna en Helsinki, sus locales con sauna, mesas de blackjack en prácticamente todos los pubs/bares/discotecas, rubiazas de ojos azules a cada esquina, y ambiente en general... no hay ciudad como Madrid.
El que me conoce ya sabe que conocer gente nueva, y sobretodo internacional, es de las cosas que más me gustan en la vida (y si no lo sabías pues ahora lo sabes y puedes juntarme con todos tus amigos guiris :D).
Así que cuando Dominik me dijo que venía con un amigo suyo al cual yo no conocía de nada pensé: ¡BIENVENIDOS!
Dos tipos austriacos por primera vez en España y durante una semana "a mi cargo" en Madrid.
¿Qué ver en Madrid?
Al llegar Dominik y Gerald al aeropuerto de Madrid lo primero que notaron fue, obviamente, el calor. Y es que los treinta y pico grados en este clima tan seco es como para quedarse delante del ventilador día y noche.
Teniendo en cuenta el tiempo que teníamos ese día y las ganas de estos dos por ver el estadio del Real Madrid, fuimos directos al Santiago Bernabéu.
Si eres un forofo del fútbol la visita es obligada. La cantidad de trofeos no tiene ningún sentido, que tienen hasta una copa Islas Canarias (o algo así).
La visita dura aproximadamente una hora y media o dos horas y "sorprendentemente" acaba en la tienda oficial (vaya... no me lo esperaba...).
Tras pasar por el estadio, sólo nos daba tiempo a ver un sitio, así que directos a mi sitio favorito de Madrid: el templo de Debod.
El momento perfecto para venir aquí es el atardecer, ya que desde aquí tienes una de las mejores vistas que encuentras en la ciudad. Además de ser un lugar perfecto para pasar la tarde con unos refrescos y unas cartas, me parece especialmente recomendable ir con tu pareja (igual que al parque Juan Carlos I, a las barquitas del Retiro...)
PERO DEJÉMONOS DE MARICONADAS, ¡aquí hemos venido a jugar!
Llega la noche y por supuesto les llevo a lo que ya es un bar oficial de Madrid: La Sureña.
Cervecita fresca a buen precio, el local que tienen en la plaza Jacinto Benavente es perfecto para luego salir de pubs por el centro o ir a esa famosa discoteca de Madrid que tiene 7 pisos. No voy a hacer más publicidad de gratis al sitio (gente de La Sureña si leéis esto podéis poneros en contacto conmigo para mandarme un cheque, gracias) pero, aunque a estas alturas de la vida ya hay varias alternativas del mismo estilo, queda muy recomendado.
Un par de horas y varios cubos de cerveza después, y habiendo sumado al grupo a Edu y a dos alemanas muy majas que conocimos allí mismo, nos dirigimos a la discoteca. A la discoteca que se vacía de españoles en verano pero que se llena con guiris: Teatro Kapital.
Entrada a 12€ con 2 copas bastante bien amortizada y una cachimba en la terraza de la séptima planta para hacer tiempo hasta que llegase más gente y se llenase un poco.
La noche fue bastante divertida, entre otras cosas porque a Edu y a mi nos pareció de lo más correcto hacernos pasar por extranjeros de Suecia y Canadá respectivamente... ¡y coló!
6:00 am: parada en el Takoaway que está en frente y vuelta a casa, quedan muchos días que aprovechar ;)
Así que cuando Dominik me dijo que venía con un amigo suyo al cual yo no conocía de nada pensé: ¡BIENVENIDOS!
Dos tipos austriacos por primera vez en España y durante una semana "a mi cargo" en Madrid.
¿Qué ver en Madrid?
Al llegar Dominik y Gerald al aeropuerto de Madrid lo primero que notaron fue, obviamente, el calor. Y es que los treinta y pico grados en este clima tan seco es como para quedarse delante del ventilador día y noche.
(Plaza Jacinto Benavente, 8/8/2014)
Teniendo en cuenta el tiempo que teníamos ese día y las ganas de estos dos por ver el estadio del Real Madrid, fuimos directos al Santiago Bernabéu.
Si eres un forofo del fútbol la visita es obligada. La cantidad de trofeos no tiene ningún sentido, que tienen hasta una copa Islas Canarias (o algo así).
La visita dura aproximadamente una hora y media o dos horas y "sorprendentemente" acaba en la tienda oficial (vaya... no me lo esperaba...).
Tras pasar por el estadio, sólo nos daba tiempo a ver un sitio, así que directos a mi sitio favorito de Madrid: el templo de Debod.
El momento perfecto para venir aquí es el atardecer, ya que desde aquí tienes una de las mejores vistas que encuentras en la ciudad. Además de ser un lugar perfecto para pasar la tarde con unos refrescos y unas cartas, me parece especialmente recomendable ir con tu pareja (igual que al parque Juan Carlos I, a las barquitas del Retiro...)
PERO DEJÉMONOS DE MARICONADAS, ¡aquí hemos venido a jugar!
Llega la noche y por supuesto les llevo a lo que ya es un bar oficial de Madrid: La Sureña.
Cervecita fresca a buen precio, el local que tienen en la plaza Jacinto Benavente es perfecto para luego salir de pubs por el centro o ir a esa famosa discoteca de Madrid que tiene 7 pisos. No voy a hacer más publicidad de gratis al sitio (gente de La Sureña si leéis esto podéis poneros en contacto conmigo para mandarme un cheque, gracias) pero, aunque a estas alturas de la vida ya hay varias alternativas del mismo estilo, queda muy recomendado.
Un par de horas y varios cubos de cerveza después, y habiendo sumado al grupo a Edu y a dos alemanas muy majas que conocimos allí mismo, nos dirigimos a la discoteca. A la discoteca que se vacía de españoles en verano pero que se llena con guiris: Teatro Kapital.
Entrada a 12€ con 2 copas bastante bien amortizada y una cachimba en la terraza de la séptima planta para hacer tiempo hasta que llegase más gente y se llenase un poco.
La noche fue bastante divertida, entre otras cosas porque a Edu y a mi nos pareció de lo más correcto hacernos pasar por extranjeros de Suecia y Canadá respectivamente... ¡y coló!
Madrileñas dando la bienvenida a Dominik
6:00 am: parada en el Takoaway que está en frente y vuelta a casa, quedan muchos días que aprovechar ;)
