viernes, 28 de agosto de 2015

Cullera Salsa Festival 2015

Si ya me conoces no te llevas ninguna sorpresa al decirte que me encanta la música latina, tanto escucharla como bailarla, y siendo de Sudamérica se da por hecho que todos salimos del vientre de nuestra madre con maracas en las manos y bailando salsa.
Pues no amigo, por suerte o por desgracia eso es otro de los grandes estereotipos mundiales.
La gente aprende a bailar desde pequeños porque TODO el mundo a su alrededor baila.

Hasta hace unos años en todas las visitas a la familia en Perú me di cuenta que el único que no sabía bailar era yo. Cosas que pasan por criarme en España: lo daba todo con Paquito el Chocolatero pero Celia Cruz me hacía sentarme por no quedar mal.

Cansado de eso, empecé a ir a clases durante un tiempo, todo muy básico y con un par de amigos que también les molaba el rollo latino. ¿Lo que descubrí con eso? La gente que sale a bailar forman una comunidad. Cuando empiezas a salir por locales de música latina comienzas a encontrarte a la misma gente una y otra vez, y eso crea bastante buen ambiente porque acabas con la sensación de conocer a todo el mundo, de estar en familia.

A estas alturas ya debería bailar así


pero he sido tan jodidamente irregular que más bien me veía así

¡HASTA AHORA!

Este año me han convencido y he decidido apuntarme a un congreso de salsa en Cullera (Valencia), y ha sido posiblemente una de las mejores decisiones que he tomado.
Ambientazo increíble, gente majísima por todas partes, buenrollismo con todo el mundo...

¿En qué consiste un congreso de salsa?
Bien, para los que no sepáis nada del tema congresos, básicamente consiste en unos días de clases de baile (en este caso de salsa, bachata y kizomba) por la mañana y por la tarde, y espectáculos y baile social (más conocido como fiesta) por la noche.
Si eres de los que quiere ir a los talleres (las clases) y no perderte la fiesta ve mentalizándote de dormir unas 5 horas al día como mucho.

¿Hay que saber algo para ir al congreso?
En mi experiencia y por lo visto y oído, no es necesario tener un nivel alto para ir a un congreso.
Si no sabes nada de nada de nada el primer día tendrás que darle más caña para pillar ritmo, pero más allá de eso creo que puede apuntarse cualquiera.

En este caso, el congreso oficialmente comenzaba el jueves, pero desde el lunes anterior ya había fiesta todas las noches y alguna que otra hora de talleres para ir entrando en calor.

Algo importante a tener en cuenta si alguna vez vas a un congreso es el alojamiento. Nosotros fuimos 5 personas en un piso a 12 minutos andando del hotel sede y a escasos metros de la playa.
Desde el balcón de nuestro octavo podíamos ver tranquilamente si la playa estaba muy concurrida o no, así que genial.
Tuvimos mucha suerte de encontrar este piso a pocas semanas del congreso, porque todo se llena rapidísimo. Si quieres una habitación en el hotel sede tienes que reservar meses antes, y si quieres un piso te diría que busques uno que esté, como muy lejos, a la misma distancia que el nuestro.
También existe la opción de ir al camping, pero si no consigues un bungalow tendrás que dormir en tienda, y eso para el congreso NO lo recomiendo. Los dolores de espalda pueden ser mortales al par de días de dormir en el suelo, y vas a estar bailando día y noche, pero cada uno lo que prefiera.

Una vez cerrado el tema alojamiento vamos a centrarnos en el congreso en sí mismo.

Los talleres se llenan rápido, así que hay que intentar ir puntual para coger sitio y sobretodo para no perderte cuando esté todo el mundo haciendo la figura.

Un par de días llegamos un poco tarde y cuando preguntaban si íbamos bien...


Otro dato a tener en cuenta a la hora de ir a un taller es quién lo imparte. Si tienes la oportunidad de recibir una clase de bailarines de talla mundial es probable que esa clase esté repleta.
Y por último decir que te asegures bien dónde se va a dar la clase que quieres, no te vaya a pasar como a mi que creyendo estar en una clase de tarraxinha básica de repente me vi de cara con unos movimientos muy locos de bachata.
Y dirás, "bueno ya que estabas ahí ¿por qué no te quedaste a la clase?"
Verás, esto tiene una explicación la mar de sencilla. Cuando hablo de movimientos muy locos hablo de movimientos que provocaron la inmediata huída de la chica que iba a bailar conmigo, la de Newe y la mía.

(nuestra reacción conjunta al ver la figura)

Y es que si no sabes dónde te metes siempre está bien recordar que una retirada a tiempo es una victoria.
Cuidado con divas e indignados. No vas a poder evitar bailar en algún momento con alguien que te ponga mala cara o incluso te eche la bronca por no hacer bien la figura. Pero bueno, al fin y al cabo es una clase, aquí hemos venido a aprender así que pasando en canoa de ellos y ellas.

Dejando las clases a un lado, queda hablar de las fiestas diarias, porque espectáculos no llegué a ver ninguno.

Por la noche vas a encontrarte a todo tipo de personas. Y lo siento mucho por las chicas, porque al ser nosotros los que dirigimos en estos bailes, ellas son las que más sufren en general.

Está el típico Paco sin ritmo, que es ese tío que se sabe todos los pasos del mundo, pero te los marca igual ya sea en salsa, en bachata, o en una sardana. Las mujeres suelen sufrir mucho con este tipo de personas porque no suelen seguir del todo el inexistente ritmo al que las llevan.
Otro espécimen es al que le da igual cómo baile la chica. Él ha venido aquí a hablar de su libro y a hacer sus pasos, te guste o no. Si te rompe el cuello o la espalda por el camino eso ya es asunto tuyo, ¡haber estudiao!
Y por no cebarme más cierro con Juan Palomo. Sus pasos libres son lo importante. Él ha ido a lucirse a la pista, y si te saca a bailar es porque queda feo salir a la pista él solo directamente. Una vez te haya dado las cuatro vueltas reglamentarias te va a soltar, va a empezar con sus pasos libres y ya puedes ir pidiendo unos mojitos que cuando vuelvas él seguirá disfrutándose en mitad de la pista.

No creáis que los chicos lo tenemos fácil, aunque sólo quiero mencionar una cosa. Me siento incapaz de llevar la cuenta de las hostias que me han caído en la cara gracias a las coletas que lleváis. En las bachatas no es problema, pero bailar con vosotras una salsa un poco rápida es jugársela a llevarse más de un coletazo. Al final de la semana ya me había acostumbrado a bailar cual Muhammad Alí, volando como una mariposa y picando como una avispa.


Muchas cosas se me quedan en el tintero: las fiestas en la playa, conocer a dos campeones mundiales y estar de fiesta en su suite, las ruedas cubanas, la fiesta en la piscina... pero eso queda para la próxima.

En resumidas cuentas, si te atrae mínimamente el tema baile latino, ir a un congreso es un must-do en tus objetivos. Y si es en la playa mucho mejor. Experiencia inmejorable que si las circunstancias lo permiten repetiré el año que viene y el siguiente y el siguiente.

Pero como digo siempre (ojo agarraos fuerte que viene moñada), estos viajes y experiencias no serían nada sin la gente con la que los compartes, ya sea todos los días o anécdotas de unos segundos, así que un abrazo enorme a Humanes, Capitán Puerto Rico, Newe, Candy, Deditos, Ms. Esdrújula, los Ivanes, las inseparables que me acompañaron en el viaje de vuelta; y gracias a Frankenstein, Australopithecus, la chica de la venda en el pie derecho, el que llenaba de talco el centro de la pista, Paco sin ritmo (el original), el Onditas, la de las plumas de pájaro...

Y gracias a ti Marco Avispa por liarme para apuntarme a esta locura.

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